Un aspecto facial equilibrado depende en parte de la forma y el tamaño de su mentón en relación a la nariz. La cirugía de mentón puede reducir o aumentar la barbilla para darle a su rostro un aspecto más armónico.
El objetivo de la genioplastia (mentoplastia) es corregir un mentón antiestético que puede presentarse de diferentes formas: hacia atrás o sobresaliente, demasiado alto o demasiado bajo e incluso un mentón asimétrico que mediante diferentes técnicas debemos devolverle la simetría para obtener una armonización facial.
Durante la mentoplastia, el cirujano realiza una incisión en una de dos posibles ubicaciones: bajo el labio inferior dentro de la boca o debajo de la barbilla en un lugar discreto.
Luego, el cirujano reduce y remodela el hueso para crear una apariencia más natural. El cirujano sutura la incisión y aplica cinta a la zona de la barbilla. En el postoperatorio inmediato (24 hs) el paciente concurre al consultorio para controlar la evolución del mismo. Posteriormente a los siete días se retiran los puntos.
La intervención se realiza bajo anestesia local y sedación, y consiste en la colocación de un implantes específicos a través de una incisión en la mucosa oral vestibular (por tanto, sin cicatrices externas).
Se trata de una intervención ambulatoria, de 1 hora de duración aproximadamente. El malestar postoperatorio se puede controlar con los medicamentos prescritos. La masticación se limitará inmediatamente después de la cirugía del mentón, y una dieta de blando puede ser requerida por algunos días después de la cirugía.
La mayoría de los pacientes sienten una sensación de estiramiento y cierta tensión después de la cirugía, pero esto generalmente desaparece en una semana.
Como siempre decimos, es importante tener en cuenta que como todo procedimiento quirúrgico, existe un grado de riesgo que debe ser considerado. Pueden generarse hematomas, sangrado, inflamación y ciertas complicaciones que pueden presentarse en en los distintos procedimientos quirúrgicos.
Cada paciente es único y en la consulta se realiza un examen físico y de esta manera se evalúa un plan quirúrgico adecuado a cada paciente y las posibles complicaciones que pueden presentarse.
Para definirla, podemos decir que la mamoplastia de aumento es una técnica quirúrgica que consiste en la implantación de una prótesis de mama bajo la glándula mamaria o la fascia del músculo pectoral.
En términos generales, el procedimiento va a consistir en una pequeña incisión en la areola o, en casos muy excepcionales, en el pliegue bajo el pecho o en el surco de la axila. Generalmente se utiliza la primera vía ya que permite un buen abordaje y la cicatriz queda perfectamente disimulada. Una vez colocado el implante, se sutura la incisión y se colocan unos drenajes que permanecerán por espacio de 24 horas. Le serán retirados antes de darle el alta.
El cirujano es quien se encarga de determinar el lugar más conveniente para ubicar el implante mamario dependiendo de la anatomía y del volumen de la mama existente. Generalmente será por debajo del músculo para que la prótesis tenga más cobertura por los tejidos propios del cuerpo.
Para esto es fundamental valorar la anatomía del paciente, más allá de los pechos para poder determinar el implante mamario ideal para cada caso particular. También, igual de importante, es lograr entender lo que la paciente busca con el procedimiento. Para definir el aspecto y talla de copa, la paciente debe tener un rol activo en la consulta previa.
En función de ello, es de vital importancia la o las consultas de examen previo en consultorio. El médico, podrá conocer a la paciente y entender sus necesidades y objetivos con la cirugía, como también podrá exponer e informar acerca de sus recomendaciones y sugerencias profesionales.
Es importante tener en cuenta que como todo procedimiento quirúrgico, existe un grado de riesgo que debe ser considerado. Puede generarse hematomas, sangrado, hinchazón y ciertas complicaciones normales de la práctica de la medicina estética. Por ello me gusta aclarar, que la información aquí contenida es de carácter orientativo. Cada paciente es único y en la consulta deberán evaluarse todas las posibilidades que acarrea la intervención.