Con la edad y por la influencia de factores como el embarazo, la lactancia, la fuerza de gravedad, el uso de anticonceptivos orales, la menopausia -entre otros- la mama de la mujer tiende naturalmente a caer.
La piel que le da forma y firmeza empieza a perder elasticidad, ceder y hacer que los pechos se noten caídos. Esta caída del tejido mamario es conocido como Ptosis Mamaria.
En estos casos, la Mastopexia se presenta como el procedimiento quirúrgico más adecuado para elevar y mejorar la forma de la mama caída.
Se busca hacer un recorte de la piel sobrante de la mama y lograr tensionar hasta elevar el pecho a la posición deseada.
Se elimina ese exceso de piel que es en definitiva el que ejerce la tensión hacia abajo. La mastopexia, asimismo, puede reducir también el tamaño de la areola cuando esta sea muy grande.
Muchas veces la Mastopexia va acompañada con un aumento del volumen mamario, con la ayuda de una prótesis mamaria. Esto ocurre en aquellos casos en que la mama tiene el aspecto de una mama vacía. Por ejemplo, en aquellas mamas que crecieron en tamaño al llenarse de leche materna, pero que finalizado el período de lactancia disminuyen en volumen, generando ese aspecto caída y laxitud.